ESTE libro que lei en el año 2018 me pareció el mejor de todos los libros publicados por este gran periodista y escritor español. Vale mucho la pena leerlo, resalte los siguientes párrafos:
LIBRO HOMBRES BUENOS DE ARTURO PEREZ REVERTE leído en 2018.
Hombres pagados: La experiencia, estimado Don Justo, demuestra que no hay nada más eficaz que alguien bien pagado. Siempre desconfie de los voluntarios entusiastas, de los espontáneos que se ofrecen para esto o aquello sin otro beneficio que el de su conciencia o su capricho, y en cuanto flaquean te dejan a los pies de los caballos. Sin embargo, un hombre bien comprado, da igual cuales sean sus ideas, suele permanecer fiel hasta el final.
La injusticia: En un mundo injusto como el que le ha tocado conocer, solo hay dos maneras posibles de soportar la injusticia, sea divina o humana: resignándose a sufrirla o aliándose con ella.
La tenacidad: Eso se llama tenacidad. Certeza de que, se gane o se pierda, uno hace su obligación. Con una pizca de orgullo, supongo, O me temo. El orgullo, dice Hermes, si algo de inteligencia lo sazona, puede ser una virtud tan buena como otra cualquiera.
La religión: Me alegro porque la religión es la mayor forma de engaño inventada por el hombre. De violentar el sentido común hasta el disparate – el tono de don Pedro se vuelve ahora burlón- qué opina usted por ejemplo de la polémica sobre las braguetas en los calzones? de verdad crees que un clérigo tenga algo que decir sobre el trabajo de un sastre ¿ Por Dios almirante no toque el ridículo asunto se lo ruego no me angustie! ríen ambos de buena gana hasta que el bibliotecario se vio alterado por un ataque de tos. La moda francesa de la portañuela única para los calzones de hombres o bragueta aliviada por las gacetas extranjeras en sustitución de la doble portañuela con aberturas a derecha e izquierda de uso tradicional, encuentra en España una violenta oposición por parte de la Iglesia que la califica de inmoral y contraria a las buenas costumbres. Hasta la Inquisición interviene en ella con edictos fijados en las iglesias anunciando castigos para sastres y clientes que adopten esa moda.
La máquina aventadora del trigo: Todo eso ocurre en una España que todavía rotura campos con arados que carecen de plancha, cuchilla y vertedera lo que aumenta la fricción y dificultó el trabajo de los bueyes, donde a menudo se depende del viento para aventar trigo, ignorando la existencia de la máquina aventadora inventada por Reiselius, que otras naciones utilizan como lo más normal del mundo. Ese invento moderno del que habla don Hermógenes fue criticado por la Iglesia. Por qué motivo? pregunta el joven Quiroga: porque no depende de que la Divina Providencia envíe una brisa favorable; Ya veo cuestión de intermediarios, supongo de mantener el monopolio.
Mujeres: Yo echo de menos a la mía continúa el bibliotecario: era una buena mujer y la extraño, pero ahora que lo pienso a veces quizás se quedara callada demasiado tiempo, como si incluso conmigo cerca estuviera sola. Todas lo están, me parece. En cuanto al silencio sospecho que todo el tiempo nos juzgan y por eso callan. Silencio de jueces? se yergue un poco don Hermógenes interesado. Vaya eso parece digno de pensarse. Aunque la mayor parte de sus veredictos mucho me temo oscilan entre la compasión y el desprecio.
Gente mala y buena: La gente no es buena ni mala no es sino como la hacen. Y qué hace tristes a los naturales de tal lugar? por ejemplo las malas leyes don Hermes – el Almirante sonríe desganado casi con pesadumbre – la desconfianza de los gobernantes y el mal entendido celo de los jueces, seguros de que todo se cifra en la sujeción del pueblo: que la gente se estremezca ante la voz de la justicia y que toda alegría sea considerada alboroto y ocasione pesquisas, prisiones y multas, en un país donde la venalidad de los funcionarios y la codicia de los jueces echa el resto .. me sigue?
Sueño de párroco: No hay sueño de párroco que no incluya dar los óleos a un filósofo y alardear de ello en el sermón del domingo.
El fracaso: En el siglo 18 ni ahora acepta nadie que su fracaso se debe a falta de talento sino que ve injusticias conspiraciones y desdenes por todas partes.
El valor de la Confesión: ¿De verdad cree usted, don Hermes, que porque un hombre cambie en voz baja unas palabras con otros, borrara de su conciencia o dejará de pagar en otra vida el mal que haya hecho en esta?
El orgullo: No lo sé don Hermes, en realidad estoy menos orgulloso de lo que soy que de lo que he conseguido no ser.
De que viven los pueblos: Razone un poco, ya que tanto lo predica. Como organismos parásitos, vivimos uno del otro justificamos nuestro papel a uno y otro lado de un pueblo torpe y brutal, de instintos bajos cuya posibilidad de redención siempre será escasa. Incluso aunque nos matáramos a garrotazos surgiría siempre al fin la necesidad de resucitarnos mutuamente. Los pueblos, sobre todo el español, viven del sueño, del apetito, del odio, y del miedo y eso la gente como usted y yo, cada cual a su manera lo administra como nadie. No cree? … Y al fin de cuentas recuerda el viejo dicho: tarde o temprano los extremos se tocan.
Que les gusta a las mujeres: Y es Madame Dancenis, quien resume con franqueza su visión del mundo: En el fondo a una mujer de mundo le gusta saber que hay hombres superiores a otros, más audaces y elegantes, que no defraudarán su vanidad, no se detendrán ante su pretendida virtud, y tomarán la iniciativa usando incluso la violencia adecuada que sirva de excusa a la mujer. Me explico? dice ella. Cómo Cicerón, señora mía .
La naturaleza: Si nuestra ignorancia de la naturaleza creó a los dioses, el conocimiento de la naturaleza está hecho para destruirlos .
Toilettes de las mujeres: En París toda mujer de mundo hace cada mañana dos toilettes: la primera es secreta y ni los amantes asisten; ellos no entran más que a la hora indicada pues se puede traicionar a una mujer, pero nunca sorprenderla. La segunda viene después, una especie de juego inventado por la coquetería: un Peinador que se desliza, un deshabillé más o menos sugerente, todo eso entre polvos de tocador gasas y tules, sutiles cartas a medio leer y un libro abierto sobre la colcha como éste que ve. Espero estar siendo canónica, señor. (…)
De todas formas, dice ella retomando el hilo de la conversación, el principio es cierto: la debilidad sienta bien a una mujer y nosotras lo sabemos, nos interesa aparecer delicadas y necesitadas del hombre. (…)
Una mujer perspicaz, continuó ella, adivina al pedante en la tercera frase y es capaz de ver el talento del que guarda silencio. (…)
Un hombre guapo es aquel a quien la naturaleza ha formado adecuadamente para realizar las dos funciones principales: la conservación del individuo, que se extiende a muchas cosas, incluida la guerra, y la propagación de la especie, que se extiende a una sola.
Tortilla y huevos: Sabe don Justo lo que nos diferencia a usted y a mí? – Higueruela mira el punto luminoso el carruaje que se aleja hacia la Puerta del Sol – Que yo asumo que para hacer tortillas hay que romper huevos y no me importa decirlo, ni hacerlo. Pero usted es de los que, ávidos de tortilla, no se atreven a tocar la cáscara, por el qué dirán, e incluso pretenden llevarse bien con la gallina mientras la guisan en pepitoria.